Pocos destilados cuentan con más mitos y leyendas (falsas) a su alrededor como el tequila. Y precisamente por eso pocos son tan desconocidos para la mayoría de la gente como la bebida más popular de México. Que si se toma con sal y limón, que si el mejor es el que lleva un gusano dentro de la botella, que si es la bebida más fuerte que puedes pedir en un bar… ¿Pero qué hay de verdad y qué hay de leyenda urbana en el tequila?
El tequila es una de las bebidas más fuertes del mercado. Falso. A pesar de que la idea generalizada es que se trata de un destilado muy fuerte, según el Consejo Regulador del Tequila Mexicano la graduación de esta bebida está entre 35º y 55º por volumen de alcohol, sin sobrepasar por debajo ni por encima estos niveles. Esto significa que existen whiskies, vodkas y ginebras cuyo contenido alcohólico es mayor que el de muchos tequilas
El tequila se bebe con sal y limón. Falso también. La costumbre de beberlo siguiendo este ritual se debe, por un lado al cine y, por otro, a la mala calidad de los primeros tequilas que se comercializaban fuera de las fronteras de México. En su día ya hablamos en este blog de la razón por la que esta costumbre llegó a los bares españoles. Para que un tequila tenga esta denominación debe estar elaborado al menos en un 51% con ágave azul. Algunos fabricantes, para abaratar costes, cubren el 49% restante con alcoholes agrícolas de baja calidad. El resultado es un tequila barato y, a la vez, de muy desagradable paso en boca. De ahí que se acompañe con sal y limón para equilibrarlo.
El tequila y el mezcal son lo mismo. Pues tampoco es verdad. Técnicamente el tequila es un tipo de mezcal, del mismo modo que el chardonnay es un tipo de vino. Y al igual que en el vino no todas las uvas son iguales, las variedades de ágave con las que se elaboran los destilados mexicanos tampoco lo son. El mezcal se elabora a partir del azúcar que se extrae del ágave, mientras que el tequila sólo puede utilizar la variedad de ágave azul. Si utiliza algún otro tipo de ágave que no sea este no puede ser considerado tequila, pero sí mezcal.
El tequila debe llevar un gusano dentro de la botella. Otro mito que las películas de Hollywood han contribuido a extender. El tequila no requiere que se macere un gusano dentro de la botella, aunque sí es cierto que algunas variedades de mezcal se comercializan con un gusano dentro de la botella. ¿La razón? Pues no está muy clara. El acervo popular dice que, como se trata de una especie de gusano que vive y se alimenta de la planta del ágave, contiene en su interior algunos aromas que potencian el sabor del destilado. Otra teoría apunta a que en realidad el origen de esta práctica se debe a una operación de marketing.
El tequila sólo se utiliza en coctelería para hacer margaritas. Falso. Quizás sea el cóctel más popular con tequila, pero no es ni mucho menos el único. En realidad el tequila es uno de los destilados más versátiles que se pueden utilizar en coctelería, aunque este potencial aún no se ha destapado totalmente.
Hay dos tipos de tequila: el blanco y el oscuro. Pues tampoco. Existen cinco variedades reconocidas oficialmente como tequila, en función de su añejamiento en barricas:
- -Blanco: No lleva ningún tipo de añejamiento
- -Joven (también conocido como tequila Oro): Se almacena en barricas hasta un máximo de 2 meses.
- -Reposado: Descansa en barricas de roble entre un mínimo de 2 meses y un máximo de 1 año.
- -Añejo: Pasa entre 1 y 3 años dentro de la barrica.
- -Extra Añejo: A partir de 3 años de añejamiento.
Un último apunte: si en la etiqueta no figura la palabra TEQUILA (en mayúsculas) y la leyenda “HECHO EN MÉXICO”, no es tequila.
Mi Twitter, para tomar unos tequilas (pero sin sal ni limón): @CulturaDeBar