El gin-tónic clásico ha pasado de moda. Ahora lo que se lleva es transformar la copa en un compendio de aromas y sabores que, canalizados a través de la ginebra y transportados por la fuerza carbónica de la tónica, lleven al cliente a una nueva experiencia. Vale, ésta es la teoría del fenómeno gin-tónic. En la práctica lo que ha supuesto es que ese afán por mezclar ingredientes y sabores ha desembocado en los denominados gin-tonic ensalada, donde entre el hielo y las burbujas deambulan trozos de hojas, tallos, semillas, frutas y un sinfín de variedades florales que hacen que la copa parezca una sopa de verduras. Y además resulta muy desagradable ver cómo estos ingredientes se cuelan entre los dientes cada vez que das un sorbo.
Es cierto que la amplia variedad de ginebras y tónicas que hay en el mercado invitan a probar cosas nuevas potenciando este o aquel aromas con tal o cual botánico, creando un contraste de sabores a través de diferentes cortezas cítricas o dándole una personalidad propia al gin-tónic mediante una combinación de especias sutilmente equilibrada. Pero no hay por qué echar todo esto dentro la copa. Por ejemplo: si siempre le añades las mismas especias a la misma ginebra, puedes dejarlas macerando dentro de la botella. Otra idea muy útil y recomendable es utilizar la coctelera para agitar los ingredientes del gin-tónic junto con la ginebra antes de incorporarla con un colador en la copa. Cualquier alternativa es mejor que hacer de un cóctel un gazpacho. También puedes jugar con los hielos, congelando trozos de fruta dentro de los cubitos para despertar la atención del cliente.
Otra forma de preparar un gin-tónic con diferentes ingredientes sin necesidad de enseñarles a nadar para que floten por la copa es machacarlos en un mortero junto con la ginebra, para posteriormente filtrar el resultado con la ayuda de un colador. Es un método muy atractivo sobre todo cuando se emplean frutos rojos y bayas, ya que además de darle sabor al combinado también le aporta un llamativo color.
Y, cómo no, también existe la opción de hacer un fumet infusionando los ingredientes que se le quieran añadir al gin-tónic para después coronar la copa una vez que se ha servido ginebra y la tónica. Para esto también se puede tirar de coctelera. En el siguiente vídeo del maestro Joaquín Hernández tenéis una muestra de en qué consiste esta técnica mientras prepara un Pink Gin-Tónic con sandía:
Obviamente, aunque se utilice cualquiera de estos métodos, o ninguno, siempre cabe la opción de decorar el cóctel con algún ingrediente extra. ¿Cuántos? Pues aquí impera la lógica. Una recomendación es tirar del refranero popular con ese dicho de “dos son compañía, tres multitud”, lo que trasladado a la barra del bar viene a decir que a partir del tercer ingrediente que flote en la copa se corre el riesgo de servir un gin-tónic ensalada.
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