Diez maneras de matar un mojito

In Tragos de moda, Utilidades

Cubitos de hielo. Foto de Steven2005 (Flickr, licencia creative commons)

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Mojito
Mojito, el rey de los chiringuitos. (Fuente)

Con la llegada del verano las terrazas de los bares y pubs se llenan de gente dispuesta a tomarse un refrescante cóctel. Y entre las recetas que más suelen despuntar por estas fechas se encuentra el mojito. Se trata de un cóctel fresco, aromático y que gusta a casi todo el mundo. Además es relativamente sencillo de preparar. Sin embargo en ocasiones pedir un mojito en según qué establecimiento resulta todo un riesgo. De un tiempo a esta parte se han instalado en ciertos locales algunas prácticas capaces de transformar un trago tan agradable como el mojito en una mala experiencia. Y en vista de que siguen presentes, me he animado a recopilar las que, en mi opinión, son las 10 maneras de matar un mojito.

1- Utilizar Fanta de limón en lugar de soda. Por mucho que insistan en algunos establecimientos (especialmente ciertos chiringuitos a pie de playa y corners de discotecas al aire libre) el mojito no lleva Fanta, sino agua carbonatada. La receta original del mojito indica que el trago debe completarse con soda. En España, sin embargo, ha arraigado la costumbre de llenar la copa con refresco de lima, tipo 7Up o Sprite, o incluso con Fanta de limón. ¿Significa esto que bajo ningún concepto se debe utilizar otro carbónico que no sea la soda? Claro que no, si te gusta más el mojito con refresco de limón nadie debería impedirte que lo prepares así, pero en tal caso no se te ocurra seguir llamándolo “mojito original”. Basta con que indiques que lo que preparas es un mojito con limón para que la gente sepa que lo que vas a servirle es una modificación.

2- Machacar la hierbabuena hasta romper las hojas. La función de la hierbabuena en el mojito es aromatizar el cóctel, no convertirlo en una especie de sopa con tropezones verdes. Basta con apretar las hojas para que éstas liberen sus aromas. Sin embargo, en España en común encontrarse auténticos torturadores del muddler que machacan las hojas con insistencia hasta romperlas en mil pedazos. Y claro, luego resulta que después de cada sorbo necesitas andar quitándote esos trocitos verdes que se te han quedado entre los dientes.

Hielo
Foto de Powerhouse Museum (Flickr, licencia creative commons)

3- No poner hielo. Suena ridículo, pero en más de una ocasión he encontrado mojitos preparados sin hielo. Este cóctel, por su carácter refrescante, encuentra en el frío un gran aliado. La receta cubana indica que se debe utilizar hielo roto. En España es muy común que se sustituya éste por hielo pilé, pero lo que nunca debería consentirse en presentar el mojito sin hielo o con un solo cubito en el vaso.

4- Utilizar azúcar moreno. El azúcar moreno es más exótico y, por su color, queda más pintón en la barra cuando alguien se acerca a pedir un mojito. Sin embargo se disuelve peor y, por ello, se corre el riesgo de que la copa termine con grumos que puedan resultar molestos. Siempre es mejor utilizar azúcar blanco.

5- Medir la cantidad de azúcar con cucharas soperas. Cuando en coctelería se indica la cantidad a servir de un producto en cucharadas, la medida a la que se hace alusión es esa cuchara trenzada que se ha puesto tan de moda con el gin-tónic, cuya capacidad es similar a una cucharadita de café. La cuchara sopera es muy útil para tomar una sopa, pero resulta exageradamente inadecuada para preparar un mojito. Si te pasas con el azúcar puedes llegar a arruinar el cóctel. La medida recomendada son dos cucharaditas. También puedes sustituir el azúcar en grano por simple syrup.

6- No utilizar ron blanco. El mojito original se prepara con ron blanco. Si vas a usar otro tipo de ron en ningún caso deberías indicar que se trata de un mojito original. Será tu mojito, que quizás esté más rico, pero no presumas de que es “auténtico mojito cubano”. En España hace unos años se puso muy de moda en los locales nocturnos el Brugal como ron de cabecera para realizar combinados. De ahí que aún persistan establecimientos que preparan el mojito con este ron (incluso indicando en sus cartas de cócteles que se trata de un mojito cubano). Esto no significa que sean de peor calidad. Al igual que sucede con la Fanta de limón, todo es cuestión de gustos (incluso hay una versión del mojito con Brugal que utiliza Ginger-Ale en lugar de soda), pero en tal caso no deberías llamarlo “mojito original”. Si cambias los ingredientes, avisa.

Foto: Luis Rodríguez (Flickr, licencia Creative Commons)
Foto: Luis Rodríguez (Flickr, licencia Creative Commons)

7- Cambiar la lima por el limón. Si eres consciente de que no es lo mismo una naranja que una mandarina, ¿por qué piensas que va a dar igual usar limón amarillo en lugar de lima?

8- No decorarlo. No coronar el mojito con una rama de hierbabuena es otro error. Puede que no le aporte nada al contenido del cóctel, pero añade un factor aromático muy importante, ya que cuando el cliente se acerca a beber está respirando los aromas que desprende la hierbabuena. Ante la duda, no escatimes ramitas de hierbabuena.

9- Utilizar mojito embotellado o de grifo. Vale, sí, es más cómodo comprar una botella de mojito que ya viene envasado o uno de esos grifos que lo sirven directamente en la copa sin tener que hacer nada más que añadirle hielo, pero si lo que dices que tienes es una coctelería no es muy apropiado que sirvas un mojito de grifo. A fin de cuentas, si lo haces ¿qué diferencia tiene tu local con el Bar Pepe de la esquina que también puede instalar el mismo grifo?

10- Poner mala cara cuando te piden un mojito. Este punto se aplica a cualquier cóctel. A veces, especialmente en ciertos locales nocturnos, hay bartenders y/o camareros que arrugan el hocico cuando les piden un mojito. Claro: tienen que macerar la hierbabuena, cortar las limas, sacar el muddler… y conlleva un trabajo. Pero un cóctel elaborado sin un buen servicio no es un cóctel completo y una sonrisa en la cara siempre favorecerá la experiencia del cliente. Además, si prevés que vas a servir un volumen muy alto de mojitos, siempre puedes preparar un majado de hierbabuena y lima, embotellarlo y tenerlo listo para cuando 10 clientes a la vez se acerquen a la barra en busca de un mojito.

Éstos son algunos de los errores que pueden arruinar la experiencia de disfrutar de un mojito, pero sin duda son razones personales que, ni son absolutas ni tampoco únicas. ¿Qué opinas? ¿Se te ocurren otras maneras de “matar” un mojito?

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