El zumo de limón y el zumo de lima son dos de los ingredientes más frecuentes tanto en la coctelería clásica como en la contemporánea. Aportan acidez, sirven para equilibrar el trago y le dan un punto refrescante. Cuando trabajamos tras la barra solemos recurrir a dos sistemas para exprimir el zumo de los cítricos. La primera es con un exprimidor de mano. Es muy práctico, permite extraer el zumo con un solo movimiento y visualmente es atractivo para el cliente. Su desventaja es que no es muy rápido cuando de lo que se trata es de exprimir grandes cantidades. Por eso, cuando prevemos que vamos a preparar un gran volumen de cócteles recurrimos al segundo sistema: antes de comenzar el servicio usamos un exprimidor eléctrico o el clásico de toda la vida y embotellamos el zumo para su uso posterior.
La mejor manera de ver la diferencia es preparar un mojito
Y aquí llega la gran pregunta: ¿sabe igual un zumo extraído a través de un exprimidor de mano que el que se obtiene con el exprimidor clásico, ése en el que aprietas la pieza de fruta girando la muñeca? La forma más sencilla de averiguarlo es a través del mojito. Puedes prepararlo añadiendo directamente zumo exprimido o también puedes cortar media lima en trozos y aplastarla sobre el fondo del vaso para extraer el zumo. Mucha gente no nota la diferencia, pero lo cierto es que la hay, y si te detienes a comprobarlo no tardarás en descubrirla: la versión en la que has usado el muddler para aplastar los trozos de lima tiene un aroma cítrico más intenso. ¿Por qué? Muy sencillo. Porque cuando exprimimos la fruta a la manera tradicional lo que obtenemos es su zumo. Pero si además aplastamos la piel de la lima o el limón durante el proceso obtendremos los aceites esenciales que se encuentran en ésta.
Puedes repetir el mismo experimento con un daiquiri o con un margarita. Notarás que el resultado es el mismo: usando el exprimidor de mano obtenemos, junto con el zumo, los aceites esenciales que hay en la piel. Con un exprimidor tradicional esos aceites no se trasvasan al zumo. Llegados a este punto seguramente te estés preguntando cuál de los dos métodos es mejor cuando necesitamos exprimir zumo de lima o de limón a la hora de preparar un cóctel. Pues, sinceramente, no tengo una respuesta concluyente. Usando un exprimidor de mano conseguimos que los aceites esenciales también se incorporen al trago al añadir el zumo. Eso le da un aroma más intenso, pero también proporciona más amargor. En función del tipo de cóctel y de tus gustos personales te resultará más o menos agradable. También puedes hacer una parte de zumo con el exprimidor de mano, otra con el clásico y mezclar ambos. Todo es cuestión de gustos y de ir testando.