
La Ley Seca puso de moda los cócteles que jugaban al despiste. Por ejemplo, para que no pillaran a alguien bebiendo un Dry Martini, se le echaba zumo de naranja a la receta y así se podía fingir que lo que había en el vaso no llevaba alcohol. Éste es uno de los posibles orígenes del Bronx, un trago cuya creación no está del todo clara. De lo que no hay dudas es de que en 1934 era uno de los 10 cócteles más populares de los Estados Unidos.