Uno de los efectos, y a la vez causa, del fenómeno del gin-tónic en España es la irrupción en el mercado de ginebras aromática que han abandonado las recetas clásicas para incorporar nuevos aromas y sabores a este destilado: Hendrick’s, GinMare, G’Vine… Llegaron en busca de un elemento diferenciador que les permitiera tener su propio nicho de consumidores y, al mismo tiempo, han provocado que clientes que eran totalmente reacios a la ginebra se hayan incorporado a ella. Brockmans es una de las ginebras aromáticas más destacadas. Tiene un marcado carácter a mora y arándanos y es conocida popularmente como “esa ginebra que sabe a gominola”. Su director para España, Robert McArdle, estuvo en el VIII Gin Show celebrado recientemente en Madrid.
Brockmans es una ginebra que sabe a frutas del bosque, ¿qué era lo que buscaban cuando decidieron apostar por algo tan rompedor?
La marca tardó 3 años en concebir el producto desde que se empezó a idear la receta hasta que salió al mercado. Hubo muchas pruebas tratando de encontrar el equilibrio de botánicos perfecto, pero lo que siempre tuvimos claro fue la necesidad de apostar por algo original y diferente que nos diera un estilo propio, aunque sin llegar a cegarnos. Queríamos seguir siendo una ginebra, pero que la gente supiera reconocerla por algo que no tuviera ninguna otra.
Antes de la llegada de Brockmans al mercado ya había otras ginebras aromáticas que se centraban fundamentalmente en los cítricos. ¿Por qué eligieron aromas como la mora o el arándano?
Entre las fórmulas que pusimos en marcha había muchas ideas que nos aportó gente que procedía del mundo de la alta cocina, pero lo que nunca tuvimos fueron prejuicios. Nuestra meta era hacer una ginebra de calidad y con un toque de diferenciación, pero sin valorar nada antes de probarlo. Probamos varias fórmulas y vimos que la que más gustaba era la de moras negras y arándanos azules, así que la pregunta fue ¿por qué no? A partir de ahí hubo que buscar la armonía entre los aromas hasta dar con el producto final.
¿Cómo valoran desde la marca el grado de aceptación que ha tenido Brockmans en el mercado?
Muy positivamente. Nosotros confiábamos en el producto pero no pensábamos que tendría tanto éxito y, sobre todo, tan rápido. A veces miramos los comentarios que nos deja la gente en las redes sociales y son como declaraciones de amor.
“Buscábamos crear una ginebra original y diferente, pero nunca pensamos que íbamos a tener tanto éxito en tan poco tiempo; algunos comentarios que nos llegan a través de las redes sociales sobre nuestra marca son como declaraciones de amor”
¿En el mercado español también ha seguido la misma línea?
Brockmans salió en 2008 y llegó a España en 2010. España atravesaba, y sigue haciéndolo, por un boom del gin-tónic y queríamos incorporar algo original y diferente. Y nos han respondido muy bien. Tanto en el sector de la hostelería como el consumidor final la aceptación ha sido muy buena.
Hace quien dice que este tipo de ginebras tan aromáticas no son realmente ginebras…
La ginebra es un producto que siempre está en evolución y siempre ha estado sujeta a novedades. Es cierto que ha habido un largo período de tiempo en el que apenas ha sufrido cambios, donde casi todas las ginebras se elaboraban más o menos dentro del mismo estilo, pero la ginebra es un destilado que ofrece complejidad y eso te ayuda a ser más creativo a la hora de utilizar los ingredientes botánicos. La clave es no cegarse demasiado, porque la base tiene que seguir siendo el enebro. A partir de ahí se pueden hacer infinitas combinaciones de aromas.
¿Son una forma de captar clientes a los que no les gusta la ginebra tradicional?
Sí, también es una forma de conseguir otros clientes a los que nunca les gustaba la ginebra. Lo que ha supuesto la llegada de las ginebras aromáticas es reenganchar a antiguos consumidores de este destilado y abrirse a otros nuevos. En este sentido creo que las ginebras aromáticas, no solo Brockmans sino otras que también han hecho bien su trabajo, como Hendrick’s, han ayudado a que gente que nunca bebía gin-tónic lo tome ahora.
“Entiendo que haya gente a la que le guste que le echen muchos trocitos de cosas en el gin-tónic, pero el barman tiene que decidir entre el entretenimiento y el servicio para no desequilibrar el producto ni afear la copa”
¿Les asusta que cada vez haya más marcas que apuestan por los frutos rojos para elaborar nuevas ginebras aromáticas?
Que haya competencia es prueba de que lo estamos haciendo bien. No nos asusta porque confiamos en la calidad de nuestro producto.
¿Está de acuerdo en que Brockmans sea considerada como una ginebra femenina, por aquello de que gusta mucho entre las mujeres?
Para nosotros es una ginebra unisex, no es cierto que solo le guste a las mujeres. A través de las redes sociales tenemos más interacción con hombres que con mujeres, pero quizás si se hayan sumado más mujeres a tomar Brockmans que en otras marcas.
¿Qué opina del ‘efecto ensalada’, es decir, de esas copas de gin-tónic a las que se les añaden tantos trocitos de fruta y botánicos que parecen una sopa?
Entiendo que haya gente a la que le guste que le echen muchos trocitos de cosas en la copa, pero cada barman tiene que decidir entre el servicio y el entretenimiento para no desequilibrar el producto ni afear la copa. La gente tiende a meter fresa en el gin-tónic de Brockmans porque piensa en frutos rojos, pero la fresa no es un ingrediente que tenga que ver con nuestra ginebra. Si le añades fresa pierde el equilibrio y es una pena porque estropea la experiencia del consumidor. Naturalmente cada cual puede tomarlo como más le guste, pero nosotros proponemos un perfect serve consistente en un trozo de piel de pomelo y tres arándanos azules.