Después de una cena entre amigos, y sin el cepillo de dientes a mano, lo mejor es tomarse un saltamontes. Y no, no se trata de un remedio chino sacado de un libro de gastronomía con insectos, sino del que está considerado como uno de los mejores tragos after-dinner de la mixología moderna: el Grasshopper (saltamontes, en inglés).