El día que colonicemos Marte, ¿será posible llevarse barricas de whisky para que envejezcan en el planeta rojo y podamos tomar un Old Fashioned a pie del monte Olimpo? Sí, ya sé que es una pregunta que suena a ciencia ficción y que parece que tiene poco que ver con la realidad actual de la coctelería y los destilados, pero lo cierto es que un grupo de científicos está a punto de desentrañar cómo influye la ausencia de gravedad en el envejecimiento del whisky. Hace un tiempo escribí sobre un experimento que se estaba llevando a cabo en la Estación Espacial Internacional y en el que participaba la destilería Ardbeg. Pues bien, tras dar 15.570 órbitas a nuestro planeta, las muestras que Ardbeg mandó al espacio acaban de aterrizar en la Tierra.
En los próximo meses los científicos estudiarán esas muestras de madera de barrica y terpenos que se han pasado tres años dando vueltas en el espacio. Antes de partir rumbo a la Estación Espacial Internacional guardaron una segunda muestra del mismo lote en el almacén número 3 de la destilería Ardbeg. ¿Para qué? Pues para que ahora ambas puedan ser comparadas y determinar las diferencias entre la que permaneció en la Tierra y la que estuvo en el espacio. ¿Y esto para qué sirve? El objetivo final del experimento es estudiar los terpenos, unas moléculas que participan en la maduración del whisky.
Según la propia destilería Ardbeg “este viaje galáctico va a cambiar para siempre la industria del whisky”. La frase suena un tanto exagerada, aunque gracias a este experimento se espera conocer cómo se desarrollan los sabores en diferentes condiciones gravitatorias. Las aplicaciones prácticas de sus resultados van más allá del sector de los destilados y afectarían a industrias como la de la alimentación o los perfumes.