¿A qué sabe el cuello de un caballo? ¿Y una mula de Moscú? ¿Serías capaz de beber una glándula de mono? Aunque la mayoría de los cócteles clásicos llevan nombres sugerentes como Old Fashioned, Manhattan, Dry Martini, Negroni o Margarita, existen otros cuyos nombres parecen sacados de la jaula de un zoológico. Son cócteles que tuvieron su edad dorada en la primera mitad del siglo XX y que hoy forman parte del recetario oficial de la Asociación Internacional de Bartenders. En la mayoría de los casos se trata de recetas poco conocidas y valoradas, pero no deberías desaprovechar la ocasión de probar cualquiera de ellas. Aquí tienes tres cócteles animales para elegir.
Monkey gland (glándula de mono)
Uno de los bartenders más importantes de principios del siglo XX fue Harry McElhone, fundador del famoso Harry’s Bar y creador de numerosas recetas que dieron la vuelta al mundo. En 1922 las publicó el libro Harry’s ABC of mixing cocktails, donde recoge cómo preparar un Monkey Gland cuya traducción al castellano es “glándula de mono”. Un momento, ¿glándula de mono? ¿A quién se le ocurriría bautizar un cóctel con semejante nombre? La historia es cuanto menos curiosa. Resulta que en aquella época había varias líneas de investigación abiertas en busca de un remedio que curara la impotencia, entre las que se encontraba la excéntrica idea del doctor Serge Voronoff. Lo que este cirujano francés se dedicaba a hacer era trasplantar tejidos procedentes de las glándulas sexuales de un mono a un hombre. En otras palabras: introducía trozos de testículo de mono en el escroto de un hombre aquejado de impotencia, pensando que con ello se solucionaba el problema. Pero tranquilo, que el Monkey Gland no contiene ningún ingrediente que proceda del aparato sexual de un chimpancé, simplemente el experimento de Voronoff sirvió de inspiración para este cóctel.
Ingredientes:
- 5 cl. de ginebra
- 3 cl. de zumo de naranja
- 2 gotas de absenta
- 2 gotas de granadina
Se agitan todos los ingredientes en una coctelera con hielo y se cuela en una copa de cóctel enfriada previamente.
Moscow mule (mula de Moscú)
El vodka es hoy día el destilado más consumido de Estados Unidos, sin embargo en 1938 la situación era totalmente diferente. Ese año el distribuidor John G. Martin se había hecho con los derechos para comercializar la marca Smirnoff en el país, pero chocó frontalmente con las reticencias de los norteamericanos, a quienes no parecía convencerles la idea de consumir un producto destilado en Rusia. Tres años más tarde Martin se reunión con Jack Morgan, propietario del restaurante Cock’n’Bull en Sunset Boulevard (Los Ángeles), y le comentó las dificultades que tenía para impulsar las ventas de vodka. Según la versión más extendida de este asunto, juntos crearon un cóctel original que sirviera para aumentar el consumo de vodka. Lo mezclaron con ginger beer y… ¡voilà! nació el Moscow mule (mula de Moscú).
Hasta aquí la versión que se han encargado de difundir los departamentos de marketing de las marcas que se vieron beneficiadas con la popularidad de la mula de Moscú. La realidad es ligeramente diferente, según publicó Eric Felten en 2007 en el Wahisngton Post. Resulta que Morgan se había excedido con el último pedido que había realizado de ginger beer y temía perder mucho dinero con los excedentes si no conseguía darle salida al producto. Así que tanto éste como Martin le pidieron al barman Wes Price -quien trabajaba precisamente en el Cock’n’Bull- que ideara una receta de cóctel que combinara el vodka con el ginger beer para darle salida a ambos productos.
Por si fueran pocos los excedentes de vodka y ginger beer, a la historia se le une el hecho de que la novia de Morgan tenía una fábrica de productos de cobre en cuyo almacén empezaba a acumularse un stock de jarras. Esto hizo que en el Cock’n’Bull se presentara el cóctel Moscow mule servido en jarras de cobre. Además éstas tenían serigrafiado el nombre de actores que solían acudir a cenar al restaurante, lo que hizo que el cóctel empezara a llamar la atención de las celebrities de Hollywood y acabara convirtiéndose en uno de los tragos de moda de los años 1940.
Ingredientes:
- 4,5 cl. de vodka
- 12 cl. de ginger beer
- 0,5 cl. de zumo de lima
En una jarra de metal con hielo roto introduce el vodka, el zumo de lima y añádele el ginger beer. Se decora el trago con una rodaja de lima.
Horse’s neck (cuello de caballo)
En el siglo XIX no había Internet, ni cines, ni series de televisión, así que una de las formas de divertirse en sociedad era acudir a las numerosas carreras de caballos que se celebraban. Éstas constituían una excusa perfecta para salir a ver un poco de acción, cenar y… beber. Era muy habitual que cada club hípico y cada hipódromo sirviera centenares de cócteles cada jornada de carreras. Hacia 1890 uno de los más conocidos para tomar en estos ambientes se basaba simplemente en introducir una cáscara de limón pelada en tiras dentro de una botella de ginger ale. El efecto que creaba la piel del cítrico dentro del vaso fue lo que hizo que esta receta pasase a ser conocida como “cuello de caballo”. Pese a que inicialmente se trataba de una bebida sin alcohol, no tardó mucho tiempo en aparecer diferentes versiones alcohólicas. En 1903 la más popular era la denominada “Horse’s neck with a kick” (cuello de caballo con una coz), que consistía simplemente en añadirle un golpe de brandy a la mezcla. Precisamente esta versión terminó superando a la original e instaurándose como el cóctel Horse’s neck que hoy conocemos.
Ingredientes:
- 4 cl. de brandy
- 12 cl. de ginger ale
- la piel de un limón
Mezcla el brandy y el ginger ale en un vaso con hielo. Una vez removido se introduce una piel de limón cortada en tira. Se puede añadir un golpe de Angostura como opción.