¿A quién le apetece un tequila? Tras esta pregunta a mucha gente le vienen a la cabeza los recuerdos de aquella resaca terrible con la que amaneció tras una noche tomando chupitos del destilado mexicano más famoso del mundo. Quizás por ello rechacen de pleno volver a tomar nada que contenga esta bebida. Y eso a pesar de que la realidad demuestra que no es una bebida que tenga más graduación alcohólica que otras que gozan de mayor popularidad (la graduación mínima del tequila es de 35º, mientras que la ginebra tiene a partir de 43 grados de alcohol por volumen). “La norma dice que el tequila debe llevar entre un 35% y un 55% de alcohol, aunque las graduaciones más comunes son 35, 38 y 40 grados”, matiza José Torres Díaz, verificador internacional del Consejo Regulador del Tequila. En su opinión, lo que existe es una mala percepción de esta bebida, a la que “hay que perderle el miedo”.

En España, cuando se habla de tequila mucha gente lo asocia a una forma muy particular de beberlo: en chupito con limón y sal…
Esa forma de beberlo le ha hecho mucho daño a la imagen del tequila, por eso hay gente que piensa que es una bebida fuerte que sirve para emborracharse rápido, sin disfrutarlo. Muchos españoles recuerdan el tequila como una mala experiencia, porque cuando lo tomaron de esta forma acabaron con una gran resaca y han terminando haciéndose una idea equivocada del tequila.

¿Y cuál es la idea que deberíamos tener del tequila?
Tener malos recuerdos con el tequila nos dice que no sabemos cómo beberlo. Hay que perderle el miedo a este destilado, y por eso desde el Consejo Regulador del Tequila apostamos por educar al consumidor.

¿En qué consiste exactamente eso de educar al consumidor?
Antes te decía que mucha gente tiene la imagen del tequila en base a malas experiencias pasadas con chupitos, pero hay que preguntarse cuántas de esas personas saben realmente lo que es el tequila. Es muy importante que la gente lo conozca, sepa qué es, cómo se elabora, cómo distinguir sus diferentes tipos, qué tiene que tener un buen tequila, cómo se puede disfrutar de él. El tequila tiene muchas dimensiones: se puede beber sólo, con hielo, en cócteles, con maridajes…

“Los chupitos con sal y limón le han hecho mucho daño a la imagen del tequila, por eso la gente piensa que es una bebida fuerte que sirve para emborracharse rápidamente”

¿Cómo se le educa al consumidor para cambiar esta percepción? 
Lo que estamos haciendo es acercarnos a los centros de consumo y puntos de venta. El Consejo Regulador (del Tequila) tiene programas de entrenamiento para profesionales de la hostelería. Pensamos que quien mejor puede asesorar al cliente es quien le vende los destilados. Si un profesional de la restauración conoce lo que es el tequila, seguramente sepa hacerles cambiar el concepto que tienen de esta bebida sus clientes. Es importante que los bartenders y los vendedores de destilados conozcan el tequila.

¿Cuesta mucho educar al consumidor español para que abandone ese cliché de que el tequila es una bebida que se bebe en chupitos para emborracharse?
Sí, porque mucha gente ha tenido malas experiencias por beber el tequila de esta forma. Con nuestras experiencias en las catas que organizamos nos damos cuenta de que la gente se va con otra idea sólo con beberlo con calma. Aprenden a disfrutar de un tequila calmadamente.

¿Cuál es la manera más adecuada de tomar un tequila?
La mejor manera de tomar un tequila es con responsabilidad. Una vez que sepas esto  hay que aprender a disfrutarlo antes de beberlo, durante y después.

¿A qué se refiere exactamente con eso de “disfrutar el tequila antes de beberlo”?
A la experiencia de organizar una reunión de amigos, por ejemplo, a abrir una botella de tequila pensando en un maridaje con una comida, a preparar un cóctel… El tequila bien disfrutado siempre deja buenos recuerdos.